Relato sobre un sistema de justicia insuficiente en Guanajuato 5/5

Puedo decir que gracias a Dios siempre contamos con el apoyo de mi papá, de familiares y amigos. A causa de esta desgracia todo el patrimonio familiar, el trabajo de mis padres de toda su vida y el trabajo nuestro se ha hecho humo, entre los pagos a los abogados que a lo largo de estos 7 años nos han mentido, robado, abusado de la desesperación, cobrando miles y miles de pesos por defensas inexistentes, con promesas de libertad, los pagos a los primeros ofendidos, cuando creíamos que este problema podíamos solucionarlo pagando aunque no debiéramos nada, que el dinero va y viene, que los bienes son para remediar los males, avalúos, consultas de abogados, viajes y viáticos para visitar a magistrados, jueces, derechos humanos, supremo tribunal de justicia de la nación, etc. Dinero para sobrevivir dentro de la cárcel, para comprar lo que necesitas, tanto de alimentos, útiles de aseo, cosas de uso personal, tarjetas de teléfono para comunicarnos,  pago de copias de los expedientes, los pagos de los servicios que estaban contratados en nuestra vida normal, como el teléfono de casa, el nextel, agua, luz, gas, vigilancia, jardinería de la casa que independientemente de donde estés, eso debe seguirse pagando, así que comenzamos con los ahorros que había en el banco; yo tenía dinero ahorrado para mi boda, que sería en octubre de 2012, mi hermano tenía dinero ahorrado para comprar su casa, mi mama tenía dinero ahorrado, mi papa también.

Al paso del tiempo y al ver que en lugar de solucionar las cosas, empeoraban, tuvimos que cerrar el negocio que teníamos mi hermano y yo en Plaza Cibeles en Irapuato, así como la segunda sucursal en la zona centro de Irapuato, que tenía un mes de haber comenzado a funcionar, ya que la renta y gastos seguían corriendo y no había nadie para atenderlo. Alguna mercancía se vendió a precios inferiores y otra simplemente se guardó con la esperanza de recuperar la libertad y volver a trabajar de inmediato. Al salir estaba ahí, obsoleta, convertida en basura.

Hubo también saqueos, ya que al enterarse que estábamos los 4 en la cárcel, ladrones saquearon la ferretería de mi papa, robando por “camionetadas” la mercancía y computadoras que había ahí. Además, vandalizaron el lugar, pintando burlas hacia nosotros en las paredes y muebles de exhibición, también quemaron papelería del negocio. Esto sucedió 15 días después de nuestra detención. Y cuando mi cuñada ALEJANDRA fue a levantar la denuncia, le dijeron que tenía que ir el dueño personalmente y aunque ella les explico la situación, no quisieron levantar la denuncia.

Después comenzamos a vender los vehículos, el de mi hermano, un accord 2004, la camionetita de mi papa una Courier 2010, otra camioneta familiar Outlander 2007, y todo era para el mismo fin, el coche de mi mama un astra 2004 se lo quedo un abogado como anticipo de honorarios y mi coche un pointer 2005 era el que mi cuñada Alejandra utilizaba para ir a vernos y apoyarnos en todo lo que se ofrecía.

Después comenzaron a venderse los inmuebles. Una casa, propiedad de mi papá en Naucalpan Estado de México. Su ferretería, lo que quedó de ella,  el inmueble, también se vendió. Y con esto y con el apoyo de nuestros amigos y familiares, que nos han hecho constantes donaciones de varias formas, es que hemos sobrevivido 7 años constantes de injusticia, de gritos ahogados.

Relato sobre un sistema de justicia insuficiente en Guanajuato 4/5

De los tres penales que conozco este fue el peor, en el sentido del desorden, la mala alimentación, la mala atención médica, la casi nula atención dental, la corrupción, los abusos y maltratos. Para fin de que no sufrieras una grave desnutrición, si acaso tenías dinero, podías solicitar vía telefónica a un mandadero que te ingresara al penal verdura y fruta de la permitida para tu consumo, así como carne de la permitida que podías guisar en una parrilla eléctrica.

Las personas que no tenían visita, o que no contaban con el apoyo de nadie, trabajaban lavando ropa ajena a dos pesos la pieza, o haciendo aseos por 10 pesos.

Como interno, te obligan a hacer aseo tanto de la estancia donde vives, como de áreas comunes. En colima había mucha superficie de tierra, por lo que nos ponían a quitar el zacate o pasto con las manos y en cuclillas, ya que la herramienta no servía o simplemente no había.

En Colima hubo un director muy bueno ALEJANDRO GUERRERO GUERRERO. Es un hombre justo y que trataba de apoyar a las internas a tener oportunidades de trabajo y de que se vendieran sus productos, además impulsó las actividades culturales apoyando al área de música a la que yo pertenecía (aprendí a tocar el guitarrón), formamos un pequeño mariachi y nos dio permiso de ganar un poco de dinero tocando canciones. Tres canciones por 50 pesos los días de visita.

Hubo después un director muy malo JOSE ALFREDO LARA GUERRERO, el cual no permitía que los grupos de ayuda (religiosos o de clubes altruistas) nos apoyaran como internas, ya que eventualmente hacían donaciones y actividades, él les decía que nosotras no merecíamos nada, que no nos trajeran nada y les negaba los accesos, trataba a gritos al personal de la propia institución, trabajadoras sociales y demás colaboradoras y a nosotros como internas nos hacía comentarios misóginos y a varias internas las humillaba gritándoles frente al consejo técnico en la sala de juntas.

Nos quitó tiempo de visita, nos quitó oportunidades de trabajo, nos restringió la entrada de muchos alimentos y cosas para obligarnos a comprarlas en las tiendas del penal, además, comenzaron a suceder cosas (supuestamente prohibidas) que nunca antes había visto en ningún penal.

Personalmente sufrí su acoso, maltrato y pretendió quitarme mi trabajo por haber alzado la voz respecto a algunos aspectos de nuestros derechos que se estaban saliendo de control, pero afortunadamente pude hablar con el Director General de los Ceresos del Estado de Colima JOSE ABEL SAUCEDO ROMERO. Y en presencia de todo el consejo técnico, pude expresar lo que pasaba y el Director Abel me indicó que no me preocupara que yo siguiera como hasta ahora. Y así termino ese asunto.

También tuve experiencias enriquecedoras, porque como maestra mis alumnas y compañeras del penal me compartían sus historias de vida y me tenían un aprecio especial. Hubo quien me dijo: “ah maestra, usted es muy buena gente, a mí nunca nadie me había hablado así como usted, que me habla bonito, como si me quisiera”.

Era una alumna que había vivido violencia intrafamiliar terrible, su papá la había violado desde los 8 hasta los 14 años que se escapó de su casa. Ella consumía drogas desde los 9 años y como resultado de las violaciones fue madre a los 13 años. Estaba recluida porque al ser drogadicta, su mamá había conseguido una orden de restricción para que no se acercara a su hija la cual vivía también con el violador, ella fue a buscar a su hija para tratar de llevarla con ella y evitar que ahora este hombre abusara de su hija. Por lo que la mamá llamó a la policía y como tenía una orden de restricción, la llevaron a prisión.

Cuando yo veía y escuchaba esas historias no podía evitar sentir compasión por esas personas que son lo que ahora son porque cuando fueron niños no hubo quien los protegiera o les diera los cuidados mínimos que necesita un ser vivo, mucho menos algo de cariño y respeto, es por eso que ahora sienten ese profundo odio hacia la vida, el mundo, la gente y hacia su propia existencia.

Y comprendí que la única diferencia que existe entre ellos y yo, es que nacimos en lugares diferentes y que si yo hubiera vivido lo que ellas, seguramente sería un “cáncer” para esta sociedad, como lo son ellas.

Relato sobre un sistema de justicia insuficiente en Guanajuato 3/5

Tu comportamiento es muy importante para adquirir un permiso. Pero al principio no te autorizan nada que solicites, porque aún estas en observación. Después que han visto que te portas bien, que no das problemas, que no te metes en chismes, que no te peleas o te drogas, que trabajas, puedes aspirar a tener algún permiso.

Al fin al ser un reclusorio, existen personas que son muy agresivas o violentas y que en algún momento buscaron golpearme. Es importante saber persuadirlos sin que puedan detectar que tienes miedo.

Una custodia cuando llegamos, nos aconsejó no platicar donde vivíamos o que hacíamos o si teníamos familia que nos ayudaba, para evitar una extorsión, por lo que es muy bueno permanecer con bajo perfil.

En Irapuato había una mujer, Susana, acusada de secuestro, que según se decía, desde que llego había golpeado a cada persona que llegaba al área femenil. Yo fui testigo de una de esas golpizas. Es una mujer agresiva y que definitivamente sabía hacerlo. Yo me preguntaba cómo era que ella tenía unas botas o “burras” con casquillo duro en la punta que siempre utilizaba para golpear a la gente. Así que cuando me llega un recado de que ella me estaba hablando sabía que no era por algo bueno, por lo que le dije a su mandadera que viniera ella a donde yo estaba. Mi respuesta era una clara afrenta de que yo no me sometería a su mandato como sí lo hacían otras internas, y aunque por dentro temía, no tenía muchas opciones porque eso puede marcarte durante toda tu estadía en ese tipo de lugares. Así que salió al patio donde yo estaba y me llamo. Yo me acerqué y comenzó a hacerme un reclamo respecto a un chisme (en realidad era un pretexto para actuar) por lo que mi respuesta volvió a ser retadora y le dije: Mira ¿Cómo dices que te llamas?

-Susana

-Ah, sí, Susana, yo cuando tengo algo que decir lo hago en persona y a la cara, yo no necesito mandaderas y eso que te dijeron no es verdad… pero si mi respuesta no es suficiente, pues dime si hay otra forma de arreglar esto (y di un paso al frente, viéndola a los ojos e insinuando que no tenía miedo)

-No, si dices que no fue así, te creo, no hay bronca

-Cualquier cosa que quieras saber, pregúntame directamente y cuando yo tenga algo que decirte, yo sola te busco ¿Sale?

Y se fue.

No podía creer lo que acababa de suceder, yo había aparentado que quizá era la mejor golpeadora o la más agresiva o la más violenta mujer en ese lugar y que esa “fiera” me tenía sin cuidado, cuando la realidad es que las piernas me temblaban. Pero definitivamente no tengo carácter de sometimiento.

Durante la estadía en el CERESO de León, al paso del tiempo, busqué participar en actividades que me ayudaran a ganarme el permiso para una parrilla y poder “arreglar” la comida o eventualmente comprar huevos en la tienda y prepararlos yo.

Participé en Teatro penitenciario que, siendo francos, en ese reclusorio era una de las actividades que recibían más apoyo (en el sentido de fomentar y permitir la participación de los internos) de las autoridades penitenciarias, para que se hicieran obras de teatro y pastorelas que para ser de un reclusorio, eran muy buenos trabajos; también cantaba en eventos del reclusorio, como la semana cultural o actos cívicos, daba clases de Bachillerato a mis compañeras, después pedí permiso para trabajar haciendo velas aromáticas junto con mi mama y al concedérnoslo, fue una actividad que nos mantuvo ocupadas y que a su vez hizo que generáramos un poco de dinero ahí adentro.

El director de entonces se llama GREGORIO NICASIO FONSECA.

Debo decir que el mal trato que recibimos en este tipo de lugares generalmente es de las custodias, que son quienes te cuidan y están contigo todo el tiempo, por ejemplo, mi mamá toma medicamento para la presión desde 2010 aproximadamente; cuando entramos al CERESO de León ella se sentía mal porque hacía varios días que no tomaba su medicamento y le pedía a una custodia que por favor la sacara al médico y la custodia nos ignoraba, cuando después de suplicar casi llorando la sacaron y cuando la llevaban a que el médico la atendiera le dijo: “primero andan de delincuentes y luego quieren que las atiendan” y como  ese un sin número de cosas, como si quisieran recordarte constantemente que eres una presa y que no vales nada, ni mereces nada y en nuestro caso el hecho de volver a empezar en cada reclusorio a ganarte nuevamente cada cosa era desgastante, porque no es fácil adaptarte y cuando salíamos y nos volvían a detener, era volver a comenzar de cero.

En León otras internas trabajaban la pasta francesa y hacían trabajos muy bonitos, aprendí un poco, cosa que me sirvió en el CERESO de Colima, ya que allá trabajé ese tipo de manualidades. Allá se borda punto de cruz. En colima obtuve un trabajo en el INEA como asesor, por lo que daba clases de alfabetización, primaria, secundaria y bachillerato a mis compañeras y por parte del INEA recibía una compensación económica, (casi simbólica) de acuerdo a los exámenes aprobados por mis alumnas. Esto me dio oportunidad de tener permiso para una parrilla y al paso de los años para una televisión. En colima había sobre población, por lo que cuando llegamos dormíamos hasta 9 internas en una celda que era para 4, en el piso, sobre una cobija nada más, con ratas y cucarachas pasando a tu alrededor.

Relato sobre un sistema de justicia insuficiente en Guanajuato 2/5

Al día siguiente teníamos que bañarnos, como dije, ahí no había una regadera por lo que con el mismo bote de la comida tomábamos agua del lavabo y ahí, delante de todas las demás te bañabas. Ese día lo hicimos con jabón de polvo que una custodia nos consiguió del que se usaba para el aseo general y nos dio en un vasito desechable. Aprovechamos para lavar nuestra ropa interior y la colgamos de la reja para que se secara, así que tuvimos que ponernos la ropa exterior así, sin nada abajo.

Los pases de lista eran a las 7:00 de la mañana, 4:00 y 6:30 de la tarde, ya para dormir. Los alimentos se repartían después de la lista de la mañana como a las 7:30 am. La comida a las 2pm y la cena a las 5pm.De desayunar casi siempre te dan frijoles, huevo, tortillas y té, o verduras, frijoles, tortillas y café, o sopa de fideo, arroz, tortillas y té.

De comer casi siempre te dan arroz, salchichas y agua de sabor artificial (de polvo), o sopa de fideo, caldo de pollo (que no sabía a nada, parece que era de pollo congelado o muy viejo) y agua. De cenar casi siempre nos daban frijoles, garbanzos o lentejas y café o té y un bolillo.

Cuando nuestra familia fue a vernos al reclusorio nos llevaron jabón, papel de baño, cepillo y pasta de dientes, ropa de color caqui (un cambio) y ropa interior; solo pueden ingresar 500 pesos para dejárnoslos para poder comprar cosas en la tienda del penal.

En la tienda del penal venden coca cola, sabritas, galletas, maruchan, jamón salchicha, huevo, yogurt, azúcar, café, cigarros, papel de baño, jabón, cloro, fabuloso, queso, crema, pan bimbo, chiles, huevo, aceite, etc.. No hay gran variedad de productos y los precios son elevados, en muchas ocasiones superiores a los de afuera.

Una vez que nos dictaron auto de formal prisión el director del penal de apellido COELLO, hablo con nosotros, explicándonos que íbamos a estar mejor en las áreas con los demás internos, creo que fue un gesto muy humano, quizá fue porque sabía que estábamos aterrados por la idea de lo que puedan hacerte los demás internos. Finalmente nos pasaron al área donde están el resto de las mujeres, pude darme cuenta que las condiciones no cambian mucho, dormíamos en el suelo porque había sobre población, sigues compartiendo la regadera de agua fría con otras internas que se bañan al mismo tiempo que tú. Las tazas no tienen puerta, así que de igual forma siempre evacuas frente a alguien más.

En Irapuato, las mujeres tejían rafia, con lo que hacían bolsas o cosmetiqueras. Yo aprendí a tejer e hice una para colocar mis cosas personales. En realidad, no hay grandes oportunidades de trabajo, porque, aunque hagas cosas lindas tejidas, la visita es poca y todo el mundo hace lo mismo, entonces ¿A quién se lo vendes? Además, las personas que van de visita van a ver a su interno y a llevarle cosas y dinero, hay que recordar que no pueden ingresar más que con 500 pesos.

La visita familiar se da cada semana y los familiares deben cumplir con todos los requisitos para entrar, desde el trámite del inicio, como la ropa que lleva puesta cada visita.

El apoyo de la familia y amigos es muy importante, porque en realidad, el hecho de que te visiten y te lleven algo de comer de afuera, es una bendición. Porque la comida es realmente mala y escasa. También es importante que te lleven cosas de aseo personal como desodorante, toallas sanitarias, jabón, etc. Todo lo revisan, los jabones en barra los perforan para ver que no lleve nada dentro, los desodorantes solo pueden ser transparentes en gel. La comida que puede llevarte tu familia solo puede ser ya preparada o guisada, y de igual forma la revisan. La fruta no entra, tampoco los envases de vidrio o lamina. Los alimentos prohibidos son los mariscos y pescado, la fruta está prohibida, solo puede entrar pepino, plátano, jícama, papaya, todo ya pelado y picado.

Los zapatos solo pueden ser de piso o huaraches, tacones no. Los tenis solamente pidiendo un permiso especial para que te ingresen un par. Cuando la familia va a verte, los revisan, tanto a las cosas que llevan como a ellos mismos, desnudándolos, (dependiendo de la custodia que te toque), pidiéndoles hacer sentadillas, etc.

El día menos esperado, generalmente de noche, hay revisiones o cateos en el cual llegan de improviso varias custodias y te piden que salgas de la celda, pongas las manos en la pared y después a cada uno le piden se quite la ropa y haga sentadillas desnudo, aluzándote con una lámpara tu zona intima para verificar que no tienes nada dentro, después te devuelven tu ropa y comienzan a revisar tus cosas, una por una tiran la ropa al piso, tus cosas personales, todo, les revisan las costuras, bolsas, puños, resortes y cuando han verificado que no tienes nada, se van y ya tú te quedas levantando del piso tus cosas y volviendo a acomodar todo .

Otra experiencia difícil son los traslados; cuando te llevan a algún otro lugar fuera del reclusorio, como en nuestro caso a otras ciudades, a otros juzgados, para ser notificados de otro asunto que se nos achacaba. Sin aviso previo, solamente te llama una custodia y te dice: vas de traslado y te llevan a la salida del penal donde te revisan, te toman fotografías, te esposan de los pies con grilletes que al caminar se aprietan y las manos esposadas hacia atrás. Te piden que te subas a camionetas tipo “perreras”, cosa que es muy difícil porque los grilletes no te permiten separar los pies y por lo tanto subir un escalón grande es imposible.

Depende de los custodios, pero hay ocasiones en que debes subirte arrastrando y ya una vez arriba, te recargas de espaldas para poder impulsarte con las manos y sentarte. Se suben a tu lado varios custodios, encapuchados y armados con armas largas que nunca te dirigen la palabra y menos te ayudan. Cuando sale la camioneta lo hace a velocidades exageradas y sorteándose entre los coches para rebasar, y mientras uno sin poder sostenerse por estar atado, rebotas sin control al interior de la camioneta. Cuando llegas al destino, te bajas de un salto y los custodios te toman de la cabeza para que vayas agachada y otro del codo, para dirigir tus pasos. A veces te apuran como si tus movimientos pudieran ser libres y al hacer pasos más grandes, los grilletes se aprietan causando heridas en el hueso de atrás de los tobillos y un dolor insoportable. Si el traslado es a un hospital, la gente te observa con morbo y a veces murmuran cuando vas pasando.

Relato sobre un sistema de justicia insuficiente en Guanajuato 1/5

La vida en reclusión es muy difícil. Sobre todo, cuando has tenido la fortuna de nunca sufrir carencias importantes; de siempre gozar de los servicios básicos, de una casa, de una regadera, de una cama donde dormir.

Yo soy Erandi Alicia Roa Quintero. Soy Licenciada en administración de empresas egresada de la Universidad de La Salle Bajío en León, Gto. Soy originaria de Irapuato y para el año 2012 tenía, junto con mi hermano Enrique, un negocio propio en plaza Cibeles en Irapuato, con el que compartía la administración y atención del negocio y del cual teníamos buenos ingresos. En enero de 2012 acabábamos de abrir la segunda sucursal en la avenida guerrero, en la zona centro de Irapuato.

Mi papa es ingeniero militar retirado del ejército y para 2012 tenía un negocio de ferretería que comenzó 18 años atrás, en una colonia popular de Irapuato llamada Los Fresnos. Mi mamá es ama de casa desde que se casó con mi papá.

Teníamos una vida normal, tranquila, económicamente estable y esperábamos continuar desarrollándonos como cualquier familia trabajadora tradicional. Recuerdo exactamente el primer instante en el que ingresé al CERESO de Irapuato.

Primero, en un cuarto, dos custodias nos pidieron que nos quitáramos la ropa frente a ellas y se las entregáramos, al brassier, le sacaron las varillas frotándolo contra la pared, para que se rompiera y poder sacarlas. Nos dejaron con la ropa interior y los zapatos y nos entregaron un pantalón y una camisola enormes, arrugados, sucios, para que nos los pusiéramos. Nos quitaron reloj, anillos, pulseras, aretes, broches, pasadores. Me cortaron las uñas de acrílico que traía entonces, lo cual es muy doloroso porque se rompen las tuyas, pero dijeron que no están permitidas.

Me pusieron a mí y a mi mama en un cuarto en el que no había nada más que unas superficies llamadas “piedras” empotradas a la pared, haciendo la función de literas para dormir con escalera para subir a la que se encontraba arriba. Una taza de baño y un lavabo, ahí junto, a la vista, sin nada que separara un espacio del otro. Una reja que cerraba ese cuarto, pero que se lograba ver hacia afuera un custodio rondando por ahí. De un momento a otro las custodias llevaron a dos mujeres que llegaron golpeadas y despeinadas gritándose entre ellas, se habían peleado a golpes y las metieron en ese mismo cuarto con nosotras, cuando aún iban “bravas”, aventándose y discutiendo. Yo guardé silencio y paré de llorar. Trataba de ignorarlas mientras se les pasaba la rabia, no podía entrometerme porque no conocía su reacción, quizá también a mí me tocaría un golpe. Pero fue mi mama quien comenzó a hablar y algo sucedió, sus palabras fueron: “ay muchachas, no se peleen, ya tranquilas” y comenzaron a echarse la culpa una a la otra de lo que había sucedido y por qué habían peleado, y aunque de pronto parecía que retomarían su pelea, mi mamá supo abordarlas para tranquilizarlas y comenzaron a preguntar que porque estábamos ahí, que qué habíamos hecho o que yo que había hecho para arrastrar a mi mama a un lugar como esos.

En un rato más llegó a la reja un carrito con dos ollas grandes, una con frijoles, otra con agua y un canasto con tortillas. Las llevaba Daniel (el cocinero), que siempre me decía, “ya no llores, come, está bueno… mira, hasta traen sus chilitos…” como hasta ese momento no teníamos nada más que un pantalón enorme y sucio y una camisola que nos dieron al entrar cuando nos quitaron nuestra ropa, al momento de llegar el cocinero nos pedía nuestros trastes pero no teníamos, entonces él volteó hacia la piedra de arriba y vio “un letrero” sucio que estaba ahí y me dijo, “enjuágalo”. Entonces lo lavé sólo con agua y mis manos, y así se lo pasé para que nos sirviera ahí los frijoles y él fue a conseguir otro para servirnos agua. Así que nos pasó los frijoles, un puño de tortillas y agua. Evidentemente no teníamos hambre, pero mi mamá me insistió a que comiera, aunque fuera un poco.

Llego el momento en que una de las muchachas tuvo la necesidad de ir al baño, así que solo se bajó los pantalones, se sentó en la taza y comenzó a hacer sus necesidades, yo sólo me voltee hacia otro lado. Era terrible tanto para la que hacía, como para las que estábamos ahí percibiendo por supuesto los olores y aguantando, en algún momento fuimos cada una a hacer del baño, son necesidades inevitables. Llego la hora de dormir y la custodia nos trajo unas cobijas que nos había enviado otra interna, a la cual aún no conocíamos, para pasar la noche, con la promesa de que en cuanto tuviéramos las propias, se las devolveríamos, lavadas por supuesto. De igual forma nos prestaron un cepillo de dientes y una pasta, bajo la misma promesa. También conseguimos papel de baño.

El pase de lista de la noche era a las 7pm para el cual teníamos que estar de pie frente a la reja esperando a la custodia a que nos nombrara y respondíamos con nuestro apellido; cosa que no sucedió con mi mama mientras estuvimos en León, a ella la obligaron a responder al nombre de Guadalupe Cázares y ella se negó muchas veces ya que ese no es su nombre, pero el comandante de León, Gto, fue a hablar con ella y le advirtió que si ella no contestaba con ese nombre la castigaría, porque ese nombre fue con el que fue ingresada, acusada y era el que a ellos les aparecía en listas. (Esto sucedió en el CERESO de León)

A las 9 de la noche pedíamos permiso para hacer una llamada de 5 minutos y si nos lo concedían pedíamos prestada una tarjeta de teléfono de igual forma, con la promesa de que en cuanto vinieran a vernos y tuviéramos dinero podríamos pagarles la tarjeta.

Es muy difícil acceder a las cosas porque cuando acabas de llegar, haces preguntas a los custodios o custodias y te ignoran, no te contestan. Hasta que pasa alguna otra custodia que si quiere contestarte y a veces lo hacen de muy mala gana, o mejor le preguntas a otras internas. Es poco común que encuentres a custodios que sean amables o simplemente educados. Los demás te tratan con desdén y maltrato, como si les constara que realmente delinquiste o como si algún día les hubieras hecho algo malo.

El OVSG concluye caravana de búsqueda sin interés por parte de la Comisión Local de Búsqueda de Personas

Del 17 al 19 de agosto se llevó a cabo la caravana regional de búsqueda de personas coordinada por el Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes en colaboración con el Colectivo de Familias “Buscando Personas, Verdad y Justicia” en seguimiento a 6 carpetas de investigación que acompaña el Observatorio de personas desaparecidas en Jalisco: José Guadalupe Rodríguez de León, 2011; Arturo Muñóz Romo, 2011; Sergio de Lara Quezada, 2011; Marcela Aguirre Valdéz, 2018; Gilberto Alejandro López Reyna, 2019 y Jaime López Reyna, 2019.
 
Sin embargo, en los trabajos de vinculación, seguimiento y apoyo a la Caravana, la recién instalada Comisión de Búsqueda de Personas de Aguascalientes, que por mandato tuvo que estar en funcionamiento desde el 30 de julio, no mostró interés alguno, pese a que su titular, Juan Antonio Hernández Organista declaró a medios que ya se tiene el proyecto ejecutivo y se ha puesto en contacto con familias.
 
La Caravana se realizó 18 días después de que la Comisión tuvo que ser instalada e iniciar trabajos, sin embargo, y hasta este día, el Titular no se comunicó ni con el Observatorio, ni con el Colectivo de Familias, siendo la Comisión de Jalisco uno de los vínculos para poder realizar las acciones de búsqueda.
 
En este momento “nos preocupa la existencia de una propuesta y solicitud de presupuesto sin consultar las necesidades, sin análisis de contexto y sin presentar un plan de trabajo a las personas acreditadas como víctimas, a familiares y organizaciones de la sociedad civil que acompañamos. Identificamos que la falta de interés por el diálogo y el desconocimiento de la naturaleza de la creación de la comisión por parte de Organista son sin duda resultado de no contar con el perfil adecuado para dirigir la comisión” comentó Mariana Ávila Montejano.
 
“La Caravana de búsqueda inició y finalizó sin la intervención de la Comisión Estatal de Búsqueda, ni el interés de su titular por garantizar a las familias las acciones necesarias de seguimientos a las carpetas de investigación”, puntualizó Violeta Sabás, Coordinadora del OVSG.
 
Durante la Tercera Caravana de Búsqueda se contó con el acompañamiento físico y de monitoreo del colectivo “Familiares Caminando Por Justicia”, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y La Colectiva Feminista Aguascalientes.
 
A través de la vinculación y en apego a sus obligaciones, en la Caravana colaboraron con recursos humanos, jurídicos, psicológicos y fondos para la atención a víctimas la Fiscalía General del Estado de Jalisco, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Aguascalientes y la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes.
CARAVANA

Martín Orozco viola la Ley Estatal al designar al panista Juan Antonio Hernández Organista como titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas

ORGANISTA01

El pasado viernes 17 de julio de 2020, el Gobernador Panista de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval designó como titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas a Juan Antonio Organista, luego de un proceso simulativo y discrecional.

De acuerdo con registros públicos se da cuenta de la participación de Juan Antonio Hernández Organista en órganos de dirección del Partido Acción Nacional durante 2019, motivo por el cual es inelegible al violar la fracción IV del Artículo 24 de la Ley para la Atención y Prevención de la Desaparición de Personas en el Estado de Aguascalientes que establece como requisito para ser titular el no haber desempeñado cargo de dirigente nacional o estatal en algún partido político, en los dos años previos a su nombramiento.

La designación partidista del titular de la Comisión Estatal muestra el desinterés del Ejecutivo por las víctimas y sus familias, así como por la Ley misma, parte del desconocimiento de las necesidades de las familias en el Estado que buscan a sus familiares.  

“Desde el Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes no nos mueve un interés laboral, sino una cuestión de dignidad por la lucha de las familias y por la memoria, la verdad y la justicia” comentó Violeta Sabás Díaz de León, Coordinadora del OVSG. “Llevamos años acompañando a las víctimas y sus familias, haciendo énfasis al ejecutivo y legislativo del gran atraso que tiene el Estado en esta materia y empujando la creación de la Comisión Estatal en línea con la Ley General, para garantizar a las víctimas y sus familias acceso a la justicia, la verdad y la memoria, por esto, una  Comisión como esta no puede quedar a cargo de alguien que desconoce la problemática, que no ha llevado acompañamiento en estos casos y que es activamente militante de un Partido” finalizó Violeta Sabás. 

Desde el Observatorio se están preparando los mecanismos jurídicos necesarios para garantizar una Comisión apartidista y que vele por el interés de las víctimas.

Guía: Ruta en casos de violencia familiar

Como parte de las acciones de incidencia del Observatorio en la atención a las distintas violencias de género y violencias sociales, a partir de la experiencia en el acompañamiento a víctimas y sus familias, se han diseñado una serie de guías ruta que permitan dar el camino a seguir en caso de ser víctima de algún tipo de violencia en el Estado de Aguascalientes. 

La presente Guía muestra la ruta a seguir en Aguascalientes si eres víctima de violencia familiar.

Puedes descargar el documento haciendo clic aquí: Guía Ruta en casos de violencia familiar

Guía: Ruta en casos de Desaparición Forzada o Ausencia de alguna persona

Como parte de las acciones de incidencia del Observatorio en la atención a las distintas violencias de género y violencias sociales, a partir de la experiencia en el acompañamiento a víctimas y sus familias, se han diseñado una serie de guías ruta que permitan dar el camino a seguir en caso de ser víctima de algún tipo de violencia en el Estado de Aguascalientes. 

La presente Guía muestra la ruta a seguir en Aguascalientes si eres familiar de víctimas de desaparición forzada o en casos de ausencia de alguna persona

Puedes descargar el documento haciendo clic aquí: Guía Ruta en casos de Desaparición Forzada o Ausencia de alguna persona

Guía: Ruta en casos de Hostigamiento Sexual

Como parte de las acciones de incidencia del Observatorio en la atención a las distintas violencias de género y violencias sociales, a partir de la experiencia en el acompañamiento a víctimas y sus familias, se han diseñado una serie de guías ruta que permitan dar el camino a seguir en caso de ser víctima de algún tipo de violencia en el Estado de Aguascalientes. 

La presente Guía muestra la ruta a seguir en Aguascalientes si eres víctima de hostigamiento sexual. 

Puedes descargar el documento haciendo clic aquí: Guía Ruta en casos de Hostigamiento Sexual