Las acciones públicas de protesta que hemos emprendido a través del tendedero de agresores de Aguascalientes tienen por objetivo construir un ejercicio para que las mujeres que hemos sido víctimas de distintas violencias en distintos espacios de nuestra vida, podamos denunciar sin temor a más violencia o represalias, al señalamiento social y la impunidad.
Son acciones que nos permiten recuperar nuestra voz y sobreponernos a la impunidad social e institucional que favorece a los agresores y nos relega al olvido, al miedo, nos coacciona a abandonar nuestras denuncias, a tener vergüenza por estar enojadas, por nuestros duelos.
Nuestro último tendedero ha traído consigo una serie de mensajes que buscan amedrentarnos, intimidándonos con posibles denuncias, con chantaje emocional y “moral”, como si las agresoras fuéramos nosotras y las denunciantes y no los hombres que nos han golpeado, acosado, violado, asesinado, como si el gran enemigo fuéramos nosotras y nuestras abuelas, madres, hermanas, amigas e hijas que lloran nuestras ausencias, los golpes en nuestros cuerpos, el abuso.
Este posicionamiento es para las abuelas, madres, hermanas, hijas, amigas y compañeras de los distintos hombres agresores que han sido denunciados en estas acciones públicas de denuncia.
Abuelas madres, hermanas, hijas, amigas, compañeras:
– No es su culpa y no es su responsabilidad, la socialización masculina de una sociedad patriarcal y violenta es la responsable de la violencia de los agresores y su impunidad.
– No queremos vulnerarlas y colocarlas en situaciones que las dañen de alguna forma.
– Entendemos el difícil proceso de confrontación psicosocial que implica ver las fotos de los agresores. Las acompañamos.
– Les creemos a las denunciantes. En un país que no nos cree, que incluso muertas no nos da justicia y justifica a nuestros asesinos, creerles a las mujeres es el primer paso para la verdad y la justicia.
– Les creemos a ellas.
– Si nos necesitan estaremos con ustedes acompañándolas.
– Sus nietos, hijos, hermanos, padres, amigos y compañeros agresores no van a gozar del beneficio de nuestro silencio, de la impunidad del pacto patriarcal.
– Todos los agresores necesitan reestructurar sus procesos de socialización y violencia, afrontar las consecuencias de sus acciones violentas.
– Los agresores son ellos, no ustedes.
Porque el silencio no nos protege
Porque vivas y libres nos queremos.